DE LA MUERTE POR EXTRAÑAR

“No hay un lugar que me haga olvidar,
el tiempo que pasé andando por tus calles junto a ti.
Ven, quiero saber por qué te fuiste sin mí
siempre tuve algo que contarte”

Te extraño, tan simple y tan complejo a la vez. Extraño las caminatas en la madrugada, las fiestas, las rumbas, los amores frustrados que lloramos juntos, las palabras soeces que alcanzaban otra denotación entre nosotros, las bromas pesadas, las llamadas telefónicas sin sentido y las mentiras planeadas. Te extraño a ti.
Creo en el amor eterno, por eso creo en tu regreso, tal vez no pronto, pero al fin regreso. Suelo imaginarte con Vida, con mis amigos que también serian los tuyos, en largas e interminables conversaciones, en amores y olvidos compartidos.
Si el amor no deja ser, tu tampoco has dejado de ser, aquí esta tu espacio, tu hueco, la cueva... aquí están las canciones de tardes y mediodía. No se han ido contigo, han decidido esperarte, como yo que he decidido extrañarte.
En momentos me resigno a tu definitiva ausencia pero me embarga la desesperación cuando recuerdo que no estás bien, quiero verte bien así sea en la ausencia.
El creer en el amor eterno y en la amistad y lo que connota sirven como sostén al sentimiento de extrañeza que llega a mi días como hoy, días en los que pienso y te recuerdo elevándote siempre a la máxima potencia del cariño y de la nostalgia de lo que fue y ya no es, pero también de lo que podrá ser.
El verte pasar por mi frente producen sentimientos encontrados, alegría, tristeza, melancolía de impotencia por verme estúpida y no ser capaz de llamarte.
Las tardes lluviosas atraen los recuerdos, de playas, de brisas de agua caída y por caer; de maldades, de secretos, de intimidades, de salidas, del cine, de los ratos de estupidez y de lucidez.
Te extraño, pero sobretodo te espero, aquí estoy dispuesta como siempre, añorando tu regreso con la esperanza que la muerte desvié su paso y sea el encuentro quien los acelere.
Siento dentro de mí, que tal vez estos sentimientos no son correspondidos y que una vez más soy víctima de mi mala costumbre de sobrestimar, pero dadas las circunstancias, las asumo.
Como siempre, tendría más cosas que escribir, pero las reservaré para nuestra próxima conversación.
No tardes, ten en cuenta que la gente no se muere de extrañeza, pero si de extrañar.

5 comentarios:

Steven Manduca dijo...

Que bonito jube.

Yo soy Escribidor dijo...

Habría para mí una lista de personas a quien le dedicaría esta carta; pero he terminado acostumbrándome a la ausencia que estas líneas recordarían la tristeza de la soledad no buscada.

DORIS dijo...

ME AGRADA... AUNQUE NO SE SI COLABORA CON MI NOSTALGIA

JUBEIS dijo...

Drummer: TQM
Deivi: Cada dia la vida se encarga de amplair la lista y de hacerme visible a la soledad.
Doris: Ni a la mía, creeme. Gracias

Anónimo dijo...

Que triste me recuerda una dolorosa epoca de mi vida......

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