UN ESCRITO TESTIGO DEL PRÓXIMO TSUNAMI

"No olvides los sentimientos de los lectores. Por lo general es lo mejor que tienen; no como tú, que careces de ellos, pues de otro modo no intentarías meterte en este oficio" Decálogo del Escritor. Monterroso, Augusto.


"Para todo aquello que al cambiar rebasa sus límites, supone la muerte inmediata de lo que antes fue"

La vida me ha llevado a carecer de sentimientos, bueno, de algunos sentimientos. He remplazado sentires blancos, amarillos, rojos, morados, verdes, naranjas y negros por sentires grises y azules, siempre el más conveniente para la tranquilidad, siempre el menos propenso a la difuminación, al golpe; siempre los que tienen bajas posibilidades de desaparecer. Los otros estan presentes y ausentes al mismo tiempo, prefiero denominarlos carentes; se esconden debajo del epitelio del corazón, son tan fuertes, insolubles e impermeables que no se pueden transmitir ni por ósmosis ni por difusión; son como el aceite, nunca solvente con el agua, nunca arriba del agua. Entonces, los grises y los azules, funcionan como el océano, una gran masa de agua salada que cubre la mayor parte de la superficie terreste; los blancos, amarillos, rojos, morados, verdes, naranjas y negros se encuentran en el fondo del océano, en las llamadas fosas abisales, allí hay otro mundo, el ecosistema funciona de otra manera, cada dia descubro especies nuevas, desde microbios hasta monstruos marinos, desde hermosos corales hasta temibles bestias, desde piedras rusticas de poco valor hasta diamantes jámas vistos y un tipo de oro que el hombre deborador no ha descubierto. En tiempos anteriores las fosas abisales no eran tan abisales, salian a la superficie según la situación en la que me encontrara, bestias y tesoros hacian su aparición con la libertad que connota la libertad. Un viento recio, una ola o marea motivada por el soplo del viento era suficiente para que surgieran del interior del océano las riquezas y las miserias. Hoy dia tal cosa solo sucede cuando hay tsunamis, este tipo de fenómeno no tiene nada que ver con los vientos externos sino con los terremotos, maremotos y erupciones de volcanes submarinos, suelen no estar programados, desplazan grandes cantidades de agua, modifican al superficie del mar, dejan victimas mortales, y sacan lo mejor y lo peor del fondo marino. Yo que he sido la víctima constante he contado con la suerte de la resurrección; he resucitado tanto que el sentimiento de alegria que produce volver a la vida viene acompañado del temor a una nueva muerte.

Naranja

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