AMORES, CANCIONES Y POEMAS I



“Y me quede soñando, con la ilusión a cuestas, con la esperanza guardada en el bolsillo roto de un pantalón, en el baúl sin fondo de mis decepciones… y se me fue una historia, libre mi cuerpo se hunde en los niveles más bajos de tus latidos me encuentro yo, entre lo inverosímil y los imposibles…” Montaner, R. Será.




Hoy se levantó con la intensión de escribirle al amor, a ese amor semejante a una bola de jabón en sus manos húmedas, cree tenerlo y se le resbala, cree tenerlo y se le va, dejando su mano untada de él, imposibilitada para volver a agarrar otra bola de jabón, imposibilitada para agarrar otra cosa. Entonces le gusta caminar por calles húmedas y meter las manos en represas de aguas sin rumbo, para arrancar de sí aquella sustancia que ya se ha adherido a su piel. Ignora el ir y el venir de las aguas, como también ignora la naturaleza de su deseo de volver a sentir. A menudo lee poemas y escribe frases que describen de una mejor manera lo que piensa.
Mañana se irá, desembarcará en un nuevo puerto, emprenderá un viaje no muy largo, que la llevará a la orilla que queda justo en frente de la playa en la que hubiera deseado vivir.
Limpias sus manos, teme tomar con ella otra canción, otro poema, otro amor.
El sol amaneció sobre una silla en la cubierta y con él, los ojos abrieron la vista hacia otros ojos viajantes; con sus manos trató de tocar la mirada de aquellos ojos que viajaban junto a ella.
Disfrutar, es ver con otros ojos, disfrutar es agarrar con tus manos esa mirada ajena y tuya a la vez, disfrutar palabras escritar por cada mano, por cado ojo, por cada corazón, disfrutar es algo que no pudo hacer completamente; sus manos limpias desarrollaron un epitelio distinto, permeable por supuesto, permite la salida de amores, canciones y poemas pero restringe la entrada libre de aquello que los ojos dueños de las otras manos quieran entregar, esto se debe a enzimas desarrollas durante la estadía de aquella sustancia jabonosa en las manos.
Quiere tomarlo libre, desembarcar y ver aquella orilla por esos ojos que encontró, pero aquellos ojos se han vuelto hacia sí mismos, incapaces de leer sus deseos y sus intensiones, sus amores, sus poemas y sus canciones.
Probablemente aquella mirada ajena la abandone y desista de abrazar sus manos con las de ellas, de escribirse una sobre la otra, y esa será la firme huella de los primeros amores en forma de jabones.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No salí bien de aquí después de leer este post...

Yo soy Escribidor dijo...

Pero el amor en forma de jabón, siempre se va a ir desvaneciendo hasta quedar en nada. Se tomará otro igual.

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